miércoles, 17 de julio de 2013

Hice lo mas lógico. @encrucijada

La cruzada que jamas hice, inicio hace ya varios años, y no es que ese haya sido el desencadenante de lo que supo asentar el amargo dia a dia que actualmente vivo, pero estoy segura que si tuvo algo que ver.

Cuando era mas chica, conoci una persona a distancia por internet. Llevabamos una relación que germino en muy poco tiempo. Casualmente, era lo que necesitaba para despegar hacia algo mas cercano a lo que yo aspiraba ser en ese entonces. 
Tras llevar varios pasatiempos juntos, llegue a sentir que la soledad era algo transitorio, alcanzar una aceptación mayor a la que una esta acostumbrada,  lo que llevaba a la inspiradora idea que en algun momento iba a ser posible ignorar el porque del hacer, y solo disfrutarlo, mecida en la confianza de otras personas que al fin podría considerar pares (no como los “comunes”,  que se viven escondiendo en estupideces, que no quieren enfrentar esa realidad por mas de 20 segundos).

Durante una conversación, el me pregunto si yo iria a visitarlo, a lo cual le dije que seria muy complicado, para luego preguntarme si asistiría a su funeral  si muriese. La pregunta en el momento me resulto incomoda, porque en esa situación si podría ir…

Un tiempo después, murió en un accidente. No fui ni durante su vida, y tampoco para su acto de despedida. Ya era demasiado tarde, y no es como si ya tuviese algun valor. Ni siquiera es que hubiese tenido un valor significativo el haberlo visitado. En definitiva, lo que en algun momento me hizo sentir ese vinculo, no fueron mas que expectativas de juventud que no pueden ser aplicadas a la practica.
No es como si en la vida aparecieran personas que puedan y quieran disfrutarte mientras se pueda. A lo mejor una pregunta adecuada seria si no fui  porque tenia miedo de que no hagan lo mismo por mi, porque podía no ser lo que esperaba, o porque no lo quería lo suficiente para tomarme el trabajo.

Hoy da igual, pero cuando recuerdo ese episodio… siento que me quedaron varias cosas por hacer. A veces quiero llorar, y no se porque.

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